domingo, 11 de diciembre de 2011

Intentos de restauración, de Putin a Peña Nieto

· Que Enrique Peña Nieto no lee mucho, ni siquiera un poquito. ¡Qué novedad! Sorpresa habría sido que Peña Nieto nos resultase lector erudito, bibliófilo irredento o, siquiera, medianamente culto, con lecturas de cercanías o más o menos de moda, políticamente correctas. Leer, lo que se llama leer, no es lo suyo.

· Y no es lo suyo porque leer no es una actividad redituable en los términos claros, descarados, en los que se ha planteado la candidatura de este personaje, como ariete de la restauración del PRI como amo y señor de la vida política de México. ¿Por qué habría de fatigar sus ocios Peña Nieto en la lectura si ello no deja nada contante y sonante para los propósitos de la restauración?

· Leer es actividad de lujo, superflua, si de lo que se trata no es de entender el mundo, sino de dominar aunque sea una parcelita del mundo, ésa que llaman México, y más específicamente de obtener una posición desde la cual apropiarse sin recato de la apetitosa piñata que constituye el gasto público en esa parcelita del planeta, la que se llama México.

· Esa apropiación de la piñata es lo que se conoce como “el poder”, y por conseguirlo salivan, cual perritos de experimento de Pavlov, miles de políticos y políticas en México y en el mundo.

· Una vez que te has apropiado de la piñata haces y deshaces con vidas y haciendas. No te atienes a la realidad, que es terca como mula y desagradable como suegra en comida dominical, sino que fabricas la realidad a tu gusto: a despecho de lo que suceda en el mundo real te encargas de que haya otra realidad contada y celebrada en la televisión, en la radio, en los periódicos y en las revistas. Realidad encantada y encantadora en la cual no hay yerros del supremo gobierno y en la que hasta los incómodos datos duros que arroja la realidad de veras, se transforman, mediante la magia del maquillaje, la iluminación y la edición, en destellos luminosos de un camino florido que nos llevará, ya verán escépticos, a la felicidad colectiva, al progreso, a la infalibilidad: Donde el señor Presidente del PRI pone el ojo, pone el gozo perpetuo para todos, la bala que mata a la impertinente realidad de veras, a la realidad fuera del sistema, donde sigue existiendo la corrupción, la mentira, la simulación así como las carencias, el dolor, la pobreza, la enfermedad, la inevitabilidad de lo desagradable, en fin: la muerte.

· Mientras esto sucede en México nos llegan noticias de que otro intento de restauración autoritaria (“porque lo mando yo”) está generando protestas de cientos de miles en Rusia, protestas insólitas y no previstas en el guión de la restauración (“y volver, volver, volver…”) que con su sagacidad de ex jerarca de la KGB había creado Vladimir Putin.

· Supongo que Vladimir encuentra sumamente fastidiosas esas protestas y sumamente insolentes los atrevimientos – cosas de la libertad- que se toman algunos ciudadanos rusos a través de la Internet, en blogs o bitácoras personales, en mensajes de no más de 140 caracteres en Twitter o hasta en Facebook. Son mensajes incómodos, fuera de control, salidos del huacal, que no hay manera de frenar so pena de presentarse ante el mundo como un vulgar dictador de país bananero, o como déspota oriental indigno de presidir una de las economías santificadas con el apodo de “los BRICS”-

· La noticia, pues, es que ya no son tan sencillos los intentos de restauración autoritaria. Que, con memoria o sin ella, las sociedades se han emancipado y sueltan, sin libreto previo, lo que les sale de su ronco pecho, de su caletre o de sus sentimientos. La noticia, además, es que en estos casos de nada sirve, inútil, el señor del portafolios con los billetes que tan buenos resultados nos había dado hasta ahora con los periódicos, con los columnistas reacios, con los editorialistas quisquillosos. No hay manera de domesticar, con cañonazos de billetes o con promesas de prebendas, a miles de ciudadanos virtualmente anónimos que se quejan, se burlan, hacen chistes, protestan a su manera a tiempo y destiempo, sin comedimiento, sin atenerse a reglas no escritas, sin amedrentarse porque me van a quitar la chamba o porque me van a fabricar un expediente turbio, no hay manera de controlar ese virus. Pinche Internet debe ser un invento del demonio.

· Leer no es lo suyo. Tampoco es lo de sus patrocinadores ni lo de sus promotores a sueldo. Mala tarde. No se han enterado que la restauración de esos viejos buenos tiempos, cuando callabas una crítica con un telefonazo o con un recado críptico pero amenazante, ya no es posible. Lo sabrían si leyesen, si con la humildad necesaria para toda buena lectura se dispusiesen a descifrar el mundo, entenderlo. No lo hacen porque eso no paga en el corto plazo. En el pecado llevarán su dolorosa penitencia.

2 comentarios:

  1. Genial como sienmpre. Espléndido que ya podamos disfrutar de un Blog de Juan Pablo Roiz.

    ¡Enhorabuena!

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  2. Realmente esplendido tu comentario y si pinche internet pero... Lo amo

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